8/23/2007

Distorsión

Miranda no pudo más que sentir admiración. Las mujeres de la General Monica habían colocado las plataformas de combate utilizadas en gravedad cero (inmóviles en la gravedad del planeta) de forma que sirviesen como plataformas de combate estacionarias. La nave yacía destrozada y reventada; a su alrededor el grupo de mujeres se empeñaba en mantenerse con vida.
La lluvia caía insistentemente sobre las pasturas de Dimitri, haciendo que la visión se redujera a unos pocos metros alrededor; pero los sensores le decían a Miranda que estaban sitiados, más y más de aquellos hombres continuaban apareciendo desde cada horizonte.
Lentamente se fueron abriendo paso hasta sus compañeras, hasta que finalmente los dos grupos se encontraron frente a frente. No había tiempo que perder, las mujeres corrieron con rapidez a refugiarse en el vehículo de comando, cuando se hizo evidente que el contingente completo no iba a entrar allí, las restantes subieron en las plataformas de combate de sus compañeras como pasajeras.
Estaban apretadas en el interior de la cabina, no había sido diseñada para dos mujeres, pero Miranda era delgada y su compañera también.
– ¿Te encuentras bien?
– Seguro, estoy lista sácanos de aquí.
La mujer hablaba con un acento peculiar, alargando las vocales o dándoles otro tono, pero de cualquier modo aquello seguía siendo standar y Miranda pudo comprender.
Las máquinas iniciaron su retirada.
La General Manzini entró en la cabina principal de la plataforma de comando, buscó con la mirada a su hermano pero se sobresaltó al escuchar la voz profunda viniendo desde atrás.
– ¿Qué haces tu aquí abajo? – preguntó el Almirante.
– Mi padre me envió a proteger a su hijo favorito.
– ¿Mi padre se ha quedado sin uno de sus generales más valiosos para protegerme de un combate planetario? Eso es absurdo.
– Tan solo obedecía ordenes cuando esos condenados hicieron que mi nave se estrellara.
Mel comenzó a sacar conclusiones…
– De que lado están las Manzini – preguntó al cabo de un rato.
El aparato se balanceaba sobre sus patas a gran velocidad como un gigantesco insecto.
– Las Manzini… mi familia no puede pelear contra todo el matriarcado.
– ¿Están peleando contra nuestro padre entonces?
La cabina quedó en un súbito silencio, todos los presentes expectantes.
– No, pero ya no lo apoyan, se han declarado neutrales en el conflicto.
– Necesito subir lo antes posible – murmuró Mel mientras tomaba asiento – esto solamente se pone peor y peor.
– Nunca mejor dicho hermano mío, las lecturas de nuestros sensores en órbita son bastante inútiles dada la atmósfera del planeta, pero…
– ¿Pero que?
– El primer continente que estos sujetos nos quitaron, esta emitiendo una larga distorsión electromagnética.
Esto si eran extrañas nuevas, nadie se espera algo como eso ¿Qué clase de actividad podía generar una distorsión lo suficientemente fuerte traspasar la atmósfera?
– Piensas que se trate de algún modo de comunicación.
– Mucho más fuerte que eso – continuó Mónica – parece más que estuviesen probando armas nucleares una y otra vez sobre el mismo lugar.
Nemar hablo de inmediato.
– Señor no podemos permitir esto, aconsejo un bombardeo orbital en esa área.
– Estamos de acuerdo pero primero tenemos que retornar a la base.

8/12/2007

¡Empujen!

La energía del vehículo de comando se consumía rápidamente, la cantidad de blancos era sencillamente absurda, nunca en toda su existencia había visto Mel una cantidad de gente tan masiva, mientras los múltiples cañonazos de la artillería iban tapizando el terreno con cadáveres, nada de lo que Sinter había aprendido durante su vida en la órbita lo había preparado para ver a tantos seres humanos morir; pero la pregunta continuaba en su mente y en la de todos los otros ¿eran realmente humanos?
– Capturaron a otro – anunció Nemar.
– Se están volviendo descuidados – Sinter volvió a chequear los niveles de energía – si salimos de esta me gustaría ver a ese prisionero, aunque creo que no obtendremos más respuestas de este de las que obtuvimos del otro.
– Hay otra noticia – dijo Nemar un tanto insegura, Sinter no respondió al notar el nerviosismo de su asociada – Mónica, tu hermana, ha descendido de la órbita, se encuentra en medio de territorio controlado por el enemigo…
– ¿Cuándo te has enterado de esto?
– Justo ahora me ha llegado el comunicado; esta protegida por un buen escuadrón de sus mejores mujeres, sin embargo ha solicitado ayuda.
– Ubiquen sus coordenadas – ordenó Sinter en voz más alta – coordinen a todos los equipos que no se encuentren en una posición defensiva, que se nos unan; todos los demás debemos empujar desde ahora – hizo una señal a Nemar – abra las comunicaciones indique a las mujeres lo que está sucediendo.
Mientras Miranda corría una vez más a refugiarse entre las fuerzas de su escuadrón pudo escuchar el mensaje:
– La general Mónica Manzini se ha estrellado con un grupo considerable de nuestro ejército a quince kilómetros de donde nos encontramos ahora, debemos prestarles nuestra inmediata ayuda; todos nuestros esfuerzos se concentrarán ahora en dirección noroeste; la orden del almirante Sinter es ¡Empujen Ahora!
¿Ellas necesitan ayuda? – pensó Miranda – ¿que hay de nosotras? Estos sujetos siguen pululando y pululando.
De repente una de las plataformas saltó en medio de los enemigos, seguida de un grupo de autómatas, Miranda reconoció de inmediato las formas y colores del aparato del Sargento; todas las alarmas internas saltaron en Miranda ¡El macho se estaba arriesgando! Miranda no había visto aquello más que en un par de ocasiones; y siempre había terminado mal.
– ¡No nos haga esto Sargento! ¡Deténgase!
Los gritos de las mujeres no se hicieron esperar, pero ellas también saltaron de inmediato a proteger al hombre que continuaba avanzando ciegamente entre el fuego enemigo empujándolas en una loca carrera. Los soldados enemigos, pisoteados, abaleados, quemados y destrozados, en un principio no entendieron este cambio de táctica; acostumbrados al lento y seguro avanzar de las mujeres del matriarcado de pronto se encontraron con el camino libre en dirección a las ciudades del planeta mientras los robots del matriarcado se alejaban dejándolos en paz.
El terreno pantanoso se extendía entre Mel y su hermana, la mujer que había luchado junto a el durante tantas batallas ¿Qué hacía ella aquí abajo? No dejaba de preguntarse ¿Por qué no esta arriba ayudando a mi Padre?
Cuando las otras familias del matriarcado descubrieron que el planeta Dimitri, en torno al cual orbitaban los mayores establecimientos de la familia Sinter, había sido invadido por un enemigo desconocido; en lugar de unirse y colaborar para exterminar a esta amenaza exterior; encontraron que esta era la oportunidad ideal para librarse del yugo que las Sinter habían impuesto sobre el matriarcado durante los últimos veintiocho años. La rebelión se extendió a muchas de las principales familias incluyendo a la familia Jembe, antiguas poseedoras del poder antes de la era de las Sinter; De modo que las Sinter se encontraban en una guerra en dos frentes, por un lado combatiendo a un nuevo enemigo que desconocían, por el otro combatían a un viejo enemigo al que conocían demasiado bien. Lo peor en opinión de muchos era el terrible juego de alianzas y traiciones que debía practicarse. Mel podía vivirlo en carne propia, su padre, el gran almirante de la familia Sinter era Luis Jembe, antiguo gran almirante de la familia que hoy combatía; de igual manera muchos de los generales que hoy acompañaban a Mel eran precisamente aquellos generales (de ascendencia Jembe también) que su padre consideró que serían incapaces de combatir a su antigua familia.

8/05/2007

Retorno a la batalla

La artillería enemiga llovía sobre ella y su maquina de combate, iba rodeada de otros seis robots idénticos al suyo pero con la diferencia que estos no estaban pilotados por nadie, se limitaban a atacar los mismos enemigos que ella atacaba y tenían verdaderamente muy poca iniciativa, los mecanismos tenían inteligencia suficiente para saber como salir de un hueco en el terreno si caían en el, pero les faltaba la habilidad de coordinar un ataque por ellos mismos. En una guerra corriente allá arriba, cuando por ejemplo se peleaba por el control de una ciudad orbital o un espejo solar particularmente bien situado o sumamente importante por cualquier otra razón; era común utilizar una formación de cuatro robots no tripulados junto a uno tripulado que les daba las ordenes a los demás; sin embargo aquí abajo era diferente, la gente del planeta era tan poca que una sola mujer era encargada de coordinar seis o incluso más robots, no era una tarea fácil, las máquinas de Miranda con frecuencia se tropezaban unas con otras o peor aun se disparaban entre si por accidente; pero a pesar de eso Miranda se las había ingeniado para mantenerse viva.
– Vienen por encima – Anunció una voz por el comunicador.
Miranda ordenó a su pequeño escuadrón que se prepararan para el ataque aéreo; las pequeñas aeronaves aparecieron muy alto en el horizonte, totalmente inútil atacar con sus armas balísticas, no deseaba desperdiciar los pocos misiles que le habían dado en objetivos tan pequeños así que su única opción era atacar con armas de energía, los robots poseían pequeños dispositivos de fisión así que los armas de energía podían utilizarse por un buen rato sin agotar las reservas del aparato.
Los robots enfocaban sus armas y conseguían derribar las pequeñas aeronaves rápidamente.
– Grupos dos y tres, están desperdiciando energía, grupo dos ataque desde la izquierda, grupo tres ataque desde la derecha – ordenó con rapidez el sargento – grupo uno olvídense de los blancos aéreos enfóquense en el terreno e intente continuar avanzando.
– Si señor.
Miranda se encontraba en el grupo uno junto a otras doce mujeres, en conjunto controlaban unas 70 maquinas, una fuerza respetable.
Los soldados enemigos sin siquiera una armadura de combate se dedicaban a disparar a diestro y siniestro con sus rifles balísticos, en un principio parecían inofensivos, pero cuando tienes a docenas de aquellas pequeñas armas disparando al mismo objetivo puedes tener a un robot fuera de combate en muy poco tiempo.
Con cada disparo del brazo de la plataforma de Miranda saltaban en pedazos los pequeños soldaditos, durante las primeras batallas Miranda pensó que el comando enemigo utilizaba sus soldados de la misma forma que ellas utilizaban a sus robots, pero después de ver a tantos de ellos morir estaba comenzando a pensar que era utilizados mas bien de la misma forma que ella utilizaba sus balas ¿Por qué? ¿Valía la pena morir de aquella forma por un planeta? ¿Qué sentido tenía invadir un planeta después de todo? ¿No había suficientes recursos en la órbita?
El golpe cercano de un disparo de artillería enemigo la sacó de sus reflexiones; uno de sus aparatos de combate cayó tambaleándose, Miranda observó que la señal de aquella máquina se perdía, lamentó la perdida, pero de algún modo se sintió aliviada al pensar que ahora podría coordinarse mejor.
– Miranda yo estoy controlando ocho ¿me ayudas?
– OK, transfiere el control – de nuevo con seis, pensó Miranda.
El avance era lento, a pesar de sus esfuerzos las pequeñas aeronaves habían conseguido descargar una cantidad considerable de soldados que intentaban acercarse y abordar los vehículos de comando en donde se encontraban los generales; si aquellas tenaces criaturas conseguían abrirse paso las soldados a bordo se las verían negras.
– Atención, el comando está ordenando el disparo de algunas salvas incendiarias a nuestra artillería, no avancen más, mantengan la posición, repito mantengan la posición.
Todos los grupos detuvieron su avance y se concentraron en repeler a los enemigos que tenían más cerca.
– Así no vamos a ninguna parte – comentó el sargento por la radio – tenemos que empujar con más fuerza, ellos pululan por todo este continente, tenemos que darles un golpe directo ¿pretenden que podemos acabar con todos y cada uno de ellos? Es evidente que no.
Animada por el comentario de su sargento Miranda se atrevió a decir:
– Realmente no creo que las matriarcas de la familia Sinter estén interesadas en acabar con este enemigo tan rápido.
Las otras mujeres se unieron a la conversación también.
– Había rumores de que las Matriarcas de la superficie del planeta no obedecían completamente a las matriarcas de la órbita.
– Patrañas, la dependencia energética del planeta es muy grande, si las Sinter deciden cortarles la luz las devuelven a la edad de piedra en una semana; además el planeta y la órbita han estado en buenas relaciones económicas por décadas ¿Por qué cambiar eso ahora?
– No seamos ilusas, las Sinter están locas y siempre han estado locas; pero no son estúpidas, lo que ellas quieren es saber ¿Quiénes son estos intrusos? ¿Por qué han venido al matriarcado? Y yo creo que lo que más les intriga es ¿Por qué invaden un planeta?
La discusión fue súbitamente cortada por una poderosa lluvia de artillería.
– ¡Mujeres dispérsense! Fue lo único que el sargento atinó a decir.
Miranda corrió en su robot escoltada por sus fieles autómatas, la tierra temblaba a sus pies a causa de las concentradas explosiones, una vez que el fuego había consumido a los soldados enemigos este no sintió ningún remordimiento en disparar con todo la fuerza de sus cañones artillados; el ruido era ensordecedor aún a través del casco de Miranda, la estática de la radio no ayudaba; entonces el cielo se oscureció, en un planeta en donde llovía el noventa y nueve por ciento del tiempo aquello no era raro, pero Miranda levantó su vista impulsada por algún presentimiento.
Era una nube, si; pero una nube de aeronaves, y lo que traía la nube era una lluvia, una lluvia de soldados.

8/03/2007

Los Números no mienten

El vehículo de comando se movía lenta y pesadamente en medio de las explosiones y disparos, balanceándose sobre sus patas a través del mar de cráteres. En su interior el comandante Sinter observaba de primera mano el desastre.
- ¿Sigues considerando que son humanos?
Mel Sinter volteó sorprendido a su izquierda; la oficial Nemar, su mano derecha, lo sacó de su ensimismamiento como solía hacer. Volvió a mirar la terrible escena que se desarrollaba ante sus ojos.
Las enormes máquinas de guerra controladas por sus mujeres se desplegaban por el campo de batalla, disparando, golpeando, masacrando las diminutas figuras que se les oponían; una alfombra de cadáveres se extendía de horizonte a horizonte. Pero lo más asombroso era que continuaban llegando, seguían saliendo de las grietas, de las montañas, de los bosques.
– ¿De donde salen? –fue la única respuesta que consiguió dar.
– Salen de todas partes, y continúan saliendo y saliendo, así fue como nuestro ejército perdió el otro continente – explicó Shenira – Por esto necesitamos su ayuda, pero parece que ustedes tienen tantas dificultades como tuvimos nosotras.
Mientras tanto una de las maquinas de combate era derribada por los diminutos enemigos, el inmóvil exoesqueleto cayó como una inmensa torre aplastando a los hostiles que consiguieron su derrota.
– No podemos perder a la piloto – Ordenó Sinter a través del micrófono – aseguren el área donde la plataforma de ataque acaba de caer.
– Los condenados parecen saber cuales de las plataformas llevan a las pilotos y cuales están controladas desde lejos – Agregó Nemar.
– Deben tener algún dispositivo que les permite descifrar nuestras comunicaciones – Sugirió Shenira.
– No, basta con que puedan detectar cuales son los aparatos que reciben el mayor flujo de comunicaciones – Explicó Sinter.
– Deberían estar atacándonos a nosotros entonces – dijo Nemar.
En ese momento el vehículo fue golpeado por un disparo.
– Exactamente – Respondió Sinter.
Mientras tanto un escuadrón había limpiado el área de enemigos alrededor de su compañera caída y formaban un muro protector alrededor del robot destrozado; mientras las otras continuaban disparando una de las pilotos bajó de su aparato y comenzó a luchar con la cerradura de la cabina que mantenía prisionera a la piloto.
En el interior el sonido del forcejeo despertó a Miranda, por un momento se asustó al observar la figura frente a ella a través de la cabina, pero entonces reconoció los colores de la armadura.
Al abrir la cabina fue llevada hasta un pequeño vehículo de largas patas que la llevaría de vuelta a la base en donde seguramente la subirían a una nueva plataforma de combate, antes de alejarse demasiado escuchó al sargento ordenando a las pilotos.
– La mujer está a salvo, no hay necesidad de cuidar la chatarra, ¡muévanse!
Con Miranda iba un nutrido grupo de mujeres, reconoció a la veterana de guerra que se hallaba tirada en el medio del pasillo; era la misma mujer que había estado con ella en el transporte al entrar al planeta.
– ¿Qué pasó? – preguntó arreglándole el cabello.
– ¡Hey! Parece que Dimitri te trata mejor que a mi – respondió tratando de sonreír.
– ¿Qué pasó? – Preguntó Miranda de nuevo – ¿como es que hay tantas de nosotros en este bot?
– No lo sé bien, parece que me derribaron y cuando mis compañeras intentaron rescatarme…
– ¿Qué?
– Los Terranos detonaron una bomba que habían dejado cerca, bueno, eso parece no estoy segura; yo estaba inconsciente.
– ¿Los viste? ¿Son humanos igual que nosotras?
– Hablan como nosotras, se mueven como nosotras, se parecen a nosotras, pero…
– Pero… – La mujer tenía la misma sensación de Miranda, aquellas criaturas, aquellos “Terranos” eran muy similares a los humanos pero…

Sinter se reunía con los pocos generales que había podido tomar prestados de su padre; Mientras la batalla continuaba en el exterior, Nemar les presentaba un resumen.
– Lo que hemos visto hasta ahora parece indicarnos que efectivamente son humanos sin embargo…
– Imposible – dijo Julios uno de los generales más viejos – Se supone que llevan peleando de esta misma forma desde hace meses si no me equivoco – Shenira asintió dándole la razón – Entonces amigas y amigos míos déjenme hacerles una simple pregunta ¿que comen? A ver hagamos algunos cálculos ¿Cuales han sido nuestras perdidas y cuales son las perdidas de ellos?
Nemar miró su pantalla – Hoy perdimos unas tres mil mujeres y unas mil ochocientos plataformas
– Las maquinas no cuentan para nada – la interrumpió Carlon otro de los generales – las mujeres de aquí abajo tienen una enorme capacidad de producción, se han perdido dos docenas de miles de robots, pero solo hoy se han fabricado diez veces más.
– Nuestros enemigos a su vez parecen poder fabricar gente en la misma forma en que nosotros fabricamos nuestros robots – agregó Sinter.
– Una máquina puede dejarse apagada en un hangar sin consumir energía; pero ¿como se están alimentando ellos? Uno no puede simplemente apagar un ser humano.
– A menos que no sean humanos – agregó Nemar.
– Tu lo has dicho – asintió Julios.
En ese momento el comunicador de Nemar comenzó a sonar, mientras Shenira, Mel y los otros generales continuaban discutiendo ella recibió la noticia.
– ¡Almirante Sinter! – Exclamó interrumpiéndolos a todos – han atrapado a uno de ellos con vida.

3/27/2006

Miranda la Guerrera

Miranda observó la forma desdeñosa en que el sargento entraba en la aeronave de transporte, sin mirar a las otras reclutas, sin responder a los saludos, el macho fue a sentarse, pero de pronto como recordando un detalle se detuvo en medio del pasaje entre los asientos y pregunto- ¿las jovencitas están preparadas para morir? –miranda se fijó en aquellos ojos, no era desprecio, no era maldad, para aquel hombre aquello era realmente rutina, aquel macho realmente había enfrentado la muerte mil veces, pero esa horrorosa pregunta… No, pensó Miranda, yo no estoy lista para morir, soy demasiado joven, no he tenido suficientes hijas aún, mi familia me necesita, mis hijas me necesitan aún más; pero peor que eso, estoy aterrada, ella pensó todo eso, pero al igual que todas las otras respondió de acuerdo al ritual -¡estamos listas para morir! –El macho giró su cabeza mirando a las guerreras ¿Qué tanto podía ver? La armadura cubría su rostro casi por completo, ¿era el sargento tan bueno leyendo los gestos que podía descubrirla incluso a través de aquella gruesa armadura? Los ojos de Miranda tropezaron momentáneamente con los del sargento y ella se apresuró a mirar en otra dirección- ya veo –dijo el sargento mientras se sentaba pesadamente ¿Por qué las armaduras de los machos eran transparentes en la cabeza? Se preguntó Miranda ¿Por qué todos los Machos usaban aquellos enormes bigotes? no encontró una respuesta, simplemente pensó, las Sinter están locas, casi leyendo sus pensamientos la guerrera que estaba a su lado susurró –maldito el día en que nuestra familia se vio obligada a aliarse a estas dementes. Pronto escuchó el sonido que hacía la aeronave al liberarse de los acoples, miro por la ventanilla, las hélices del aparato permanecían estáticas e inútiles, en uno de los giros de la nave sus ojos tropezaron con una enorme pared oscura que cubría todas las estrellas; estaban cayendo hacia Dimitri, recordó las historias “nunca deja de llover en Dimitri” por primera vez en su vida Miranda pisaría un planeta; agradeció nuevamente que la armadura fuese gruesa y pesada pues por dentro estaba temblando.
Cronología previa:

“La Tierra es tan solo un recuerdo, un mundo destruido durante una guerra ocurrida hace tanto tiempo que ya es leyenda; una guerra que fuimos incapaces de ganar, un enemigo al que solo pudimos escapar, un enemigo que aún está allá afuera, buscándonos...

Pero durante este tiempo hemos sido capaces de sanar nuestras heridas, desarrollarnos y para nuestra desgracia, olvidar. Nuevamente estamos construyendo un paraíso en derredor nuestro. No es fortuito que justo ahora, aquellos a quienes dejamos atrás vuelvan por nosotras para saldar cuentas…”
La Gran Matriarca Emma I

Año 1 EI : Giménez predice la destrucción de la tierra y la extinción de la humanidad como consecuencia

Año 10 EI: Giménez se erige como gobernante de un pequeño estado nación llamada Venezuela en el continente americano en el planeta Tierra

Año 13 EI: Inicio de las guerras psíquicas; una serie de extrañas muertes ponen en jaque el gobierno de los Inteligencialistas

Año 28 EI: Los Inteligencialistas liderados por el profeta Giménez consiguen terminar la construcción de una estación orbital para recolectar energía solar, en poco tiempo Venezuela pone de cabeza el mercado energético mundial; fin de las guerras psíquicas

Año 58 EI: Muere Giménez el profeta en sospechosas circunstancias

Año 73 EI: La población de seres humanos habitando en la órbita es mayor al millón de habitantes

Año117 EI: Se establecen los primeros seres humanos en el cinturón de asteroides, se declaran una nación libre y se dicen los verdaderos herederos de Giménez y de la verdadera fe inteligencialista, han nacido los “Beltys” este punto es considerado “La primera expansión” o expansión solar

Año 120 EI: Los establecimientos en la órbita de la Tierra se organizan en una sola unidad política y se autodenominan “Lagrangia” ese mismo año declaran un embargo comercial sobre las naciones de la Tierra, incapaces de producir energía suficiente para auto sustentarse la Tierra se rinde al poder de Lagrangia.

Año 133 EI: Las fuerzas militares de Lagrangia son tan poderosas que pueden desafiar a cualquier otro poder en el Sistema Solar con facilidad, se inicia la Edad Dorada. Durante mas de 200 años ningún conflicto militar de importancia será registrado por la historia

Año 150 EI: Como una demostración de su poderío Lagrangia establece la estación de investigación “Beatriz” en la órbita de Caronte, satélite de Plutón

Año 200 EI: No existe un censo oficial pero como regla general se considera que para esta fecha la población humana habitando en establecimientos orbitales alrededor de los diversos mundos del sistema solar era superior a la de la tierra

Año 225 EI: Lagrangia, utilizando la tecnología Mallet por primera vez envía una sonda a alpha centauro, en breve esta es seguida por varias naves colonizadoras, sin embargo décadas después las colonias en centauro tienden a desaparecer y se pierde contacto con ellas.

Año 230 EI: Lagrangia envía una segunda flota en dirección de Alpha Centauro, las naves desaparecen apenas abandonan el sistema solar en condiciones muy misteriosas, se inicia una investigación pero no se descubre nada en claro

Año 235 EI: La estación Beatriz, detecta un objeto masivo en los límites más externos del Sistema Solar, este objeto sería conocido años después como “El Destructor”

Año 236 EI: La estación Beatriz y todos los establecimientos humanos en el sistema solar exterior son destruidos

Año 237 EI: Los establecimientos orbitales en torno a Marte son destruidos, las colonias en Marte, Fobos y Deimos son destruidas, Incapaces de ganar la guerra contra El Destructor las naciones del Sistema Solar inician otro plan de acción, salvar a la humanidad escapando de este indetenible enemigo. Las gigantescas naves de guerra de Lagrangia y los Beltys son transformadas en arcas espaciales, pero para aprovechar los recursos al máximo las naves son llenadas casi en su totalidad únicamente con mujeres embarazadas

Año 238 EI: Las arcas parten hacia el espacio extrasolar, La Tierra es destruida ese mismo año

Año 278 EI: Las arcas arriban a un sistema estelar compuesto por una gigantesca estrella acompañada por otras cuatro más pequeñas y una larga corte de planetas y satélites, a diferencia del Sistema Solar, el Sistema “Amor Lejano” o “Morleyan” como será conocido a partir de entonces no posee grandes concentraciones de Asteroides, la población entonces se concentra en las orbitas de los diversos planetas
Bienvenidos
¿Por que escribimos? hace algunos años conocí a un muchacho con un sorprendente talento como artista; le pregunté ¿por que hacía aquello? aquel enorme amor al detalle, aquel casi increíble esfuerzo ¿deseaba transmitir un mensaje? ¿Quería agradar a un público? ¿Buscaba dinero? Su respuesta fue totalmente distinta, todo su trabajo el lo realizaba únicamente, por placer, por diversión, por que le gusta.
Si nos paseamos por estos Blogs quizá encontremos diversas historias, me llamó la atención el de una muchacha que cuenta la historia de unos gatos con superpoderes que hablan y que se lanzan en diversas aventuras; tal vez para nosotros esto no tenga ni pies ni cabeza, pero estoy seguro que ella lo disfruta.
Desde hace bastante tiempo tengo estas historias rondándome en la cabeza, sin atreverme a mostrar demasiado de ellas o mostrando solamente algunos aspectos aquí o allá, con miedo quizá de recibir una crítica demasiado fuerte o una demasiado detallada que me obligaría a trabajar con más seriedad; me he dado cuenta que no es eso lo que quiero, pues aunque agradezco todas las críticas y comentarios que me puedan hacer, lo que realmente quiero es divertirme mientras escribo, deseo plasmar estas ideas en un papel, deseo desarrollar estas historias y estos personajes y si, quiero transmitir un mensaje y quiero complacer a mis lectores y sueño con ganar dinero, pero sobre todo, quiero divertirme mientras escribo.
Así que seguramente van a encontrarse con unas historias, tal vez sin sentido, quizá llenas de errores ortográficos, o de cualquier otro tipo; pero serán historias en las que me he divertido mucho y espero que ustedes lo hagan también.